En todo el mundo, se prescribe a un gran grupo de personas un régimen suplementario de vitamina D y calcio. En Europa, según el país y el sexo, entre el 1 y el 66% de la población adulta consume suplementos de vitamina D [ 1 , 2 ].

Durante la última década, se promueve la administración de grandes suplementos de vitamina D para restaurar las concentraciones de 25-hidroxivitamina D (25 (OH) D) y se considera segura con dosis de hasta 4000 unidades internacionales (UI) por día [ 3 ]. Sin embargo, se sabe poco acerca de la posible administración de suplementos de vitamina D en dosis altas a largo plazo [ 2 , 4 ].

La vitamina D es una vitamina liposoluble que puede ser ingerida por alimentos como pescados grasos, productos lácteos y huevos, pero la sintetiza principalmente la piel humana cuando se expone a la luz solar.

En el hígado, la vitamina D se hidroxila a 25 (OH) D, el principal metabolito de la vitamina D circulante que se mide para evaluar y clasificar el estado de la vitamina D. El riñón metaboliza la 25 (OH) D circulante para lograr una actividad biológica completa en su forma más activa, 1,25-dihidroxivitamina D (1,25 (OH) D), también conocida como calcitriol.

La vitamina D juega un papel principal en la regulación del metabolismo del calcio aumentando la absorción intestinal de calcio [ 8 ]. Existe una amplia evidencia que recomienda la suplementación con vitamina D para la prevención de caídas y fracturas [ 9 , 10 ]; sin embargo, la evidencia sugiere precipitación de calcio en la vasculatura y otros efectos secundarios potenciales [ 4 , 11 – 14 ]. Leer artículo completo

AVISO IMPORTANTE: La información proporcionada no sustituye el asesoramiento médico. Si padece algún problema de salud, busque el apoyo y la orientación de un profesional de la salud debidamente cualificado y con experiencia. Los complementos alimenticios no son sustitutos de una dieta sana y variada o un estilo de vida saludable.