Los deportistas profesionales requieren del diseño de pautas dietéticas específicas que se ajusten a la materia deportiva que practican, por tanto también al gasto energético y a que, por supuesto, mejore y aumente considerablemente su rendimiento y su nivel competitivo.
Un caso muy sonado ha sido el del deportista olímpico Michael Phelps, nadador que más medallas ha ganado en la historia. El estadounidense, que dio a conocer su dieta basada en el aporte de entre 10.000 y 12.000 calorías al día, ha afirmado necesitar el aporte calórico de cinco personas, sin desechar además la denominada comida basura. Con 27 años, una estatura de 1,93 metros y un peso de 88 kilos, lleva una dieta sobrecargada en colesterol, proteína y grasas, aunque absolutamente controlada. Y es que la natación es uno de los deportes que más fuerza requiere y a la vez que mayor consumo energético produce.
Otro de los deportistas profesionales que ha causado impacto estos últimos meses, debido a la dieta que ha realizado, ha sido el archiconocido jugador de la NBA, LeBron James. El alero de los Cleveland Cavaliers se ha sometido durante 67 días a una dieta que le permitiera adquirir mayor agilidad y soltura con su cuerpo, y por tanto que le permitiera reducir en gran medida su peso corporal. Para ello ha eliminado de su dieta lácteos, azúcares y carbohidratos; construyendo una base alimenticia a partir de carne, pescado, fruta y verdura.
Por otro lado, Cristiano Ronaldo, el máximo goleador y una de las grandes apuestas en La Liga BBVA, ha confesado en varias ocasiones la preocupación por su rendimiento profesional, ligado íntimamente con la dieta y el sistema de vida. Por ello para incrementar su rendimiento deportivo combinó un hábito de descanso de 12 horas diarias de sueño y una dieta extrema donde las grasas estaban completamente prohibidas. El vigente ganador del Balón de Oro y candidato a ganarlo en la próxima edición, basa su dieta de 3000 kilocalorías en pescados como la dorada, el emperador y el róbalo; el arroz, la pasta y los frutos secos, y sobre todo, los zumos naturales donde prima la pera, la manzana y la piña.
El corredor jamaicano profesional, Usain Bolt complementa su dieta con un condimento endémico de su ciudad natal, el Trelawny. Se trata de un tipo exclusivo de camote, tubérculo que le ofrece de manera natural alcaloides y esteroides para alcanzar medias tan sorprendentes como los 9,58 segundos en 100 metros lisos.
Para el corredor el equilibro dietético es básico en su rutina diaria en la que combina pescado, cerdo y vacuno. Su media calórica oscila alrededor de las 5000 calorías. La base nutricional para los profesionales del running son los glúcidos que ofrecen energía y proteínas a los músculos.
Pero quizá algunas de las mayores extravagancias nutricionales fueron las protagonizadas por dos de los atletas que participaron en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, que durante los días en que se celebraron las competiciones consumieron unas dietas de los más curiosas. El gimnasta Jonathan Horton ingirió por día un kilo y medio de miel de abeja. Y el corredor de maratón Michael Arnstein basó su dieta diaria, dividida en ocho comidas, solo en frutas.