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Lactoferrina

Lactoferrina

La lactoferrina es una glicoproteína con afinidad de ligarse con el hierro (de la familia transferrina) que está sintetizado en el cuerpo humano por los granulocitos neutrófilos (glóbulos blancos de la sangre) y el epitelio de las mucosas. El nombre lactoferrina proviene de la primera fuente en que se la ha encontrado (leche vacuna) y del gran potencial de la lactoferrina de ligarse a los iones libres de hierro bajo unas condiciones de gran variedad de ph.

ACTUACIÓN

En la naturaleza la lactoferrina se encuentra en altas cantidades en el calostro humano (7 g/l) y en la lecha materna (1-2 g/l) y en pequeñas concentraciones en el líquido de las glándulas (exocrinas) como las lágrimas, saliva, bilis, jugos pancreáticos, orina, próstata, la mucosa vaginal, y los mocos de la nariz, vías respiratorios y del tracto digestivo [1-3]. Esta glicoproteína es un componente valioso de la primera línea de defensa (innata, no específica) contra los micro organismos patógenos que intentan entrar en el cuerpo vía las mucosas. La tarea de la lactoferrina consiste en limitar el proceso inflamatorio y el daño tisular y prevenir una infección sistémica [1,3,5,6]. Esta proteína multifuncional tiene, entre otras, propiedades antimicrobióticas, inmuno reguladoras, inmuno estimulantes, antiinflamatorias, antioxidantes, fortalece las mucosas y regula el transporte de hierro. La potente actividad antimicrobiótica de la lactoferrina contra una gran variedad de bacterias, virus, levaduras, hongos y parásitos está ampliamente documentada [1,3,5,7-10]. 
Ingestión de la (apo) lactoferrina
El ser humano normalmente ingiere una cantidad significante de la (apo) lactoferrina en el periodo post parto vía la leche materna. Hasta el 15% de la leche materna está compuesta de lactoferrina (la leche vacuna contiene solamente 0,2 g. lactoferrina por litro [4]. El isolato de la proteína de suero contiene aproximadamente 0,5% lactoferrina. Los últimos años se han conseguido complementos con altas dosis de lactoferrina (de la leche vacuna) para completar la autoproducción de esta glicoproteína.
La lactoferrina es bastante resistente a la degradación proteolítica. Después de su ingestión oral una parte de la lactoferrina se degrada en péptidos como la lactoferricina y lactorampina por las proteasas del estómago y el intestino delgado. Estos péptidos posiblemente poseen todavía más potencia antimicrobiótica que la misma lactoferrina [1-3].
Efectos biológicos y mecanismo de funcionamiento
La lactoferrina (inclusivo los metabolitos lactoferricina y lactoferrampina) tiene una potente actividad bacteriostática y bactericida contra las bacterias gram positivas y gram negativas (entre ellas Helicobacter sp., Estafilococo sp., Estreptococo  sp., Escherichia coli, Salmonella sp., Shigella disentería, Listeria monocytogenes, Bacillus sp., Clostridium sp., Legionella pneumonía, Haemophilus influenza, Klebsiella pneumonía, Pseudomonas aeruginosa, Enterobacter sp., Micrococo sp., Vibrio sp., Shigella, Proteus vulgaris) [1,2,4,9]. Dichos efectos están ampliamente comprobados por ensayos in vitro e in vivo. La lactoferrina también es eficaz contra las bacterias resistentes a los antibióticos [1,6].
La actividad bacteriostática de la lactoferrina está basada en la captación de las partículas de hierro (Fe3+) del entorno, que inhibe mucho el crecimiento y la expresión de factores virulentos [1,2,4,5,10].
La actividad bactericida se atribuye a la interacción directa de la lactoferrina con la parte exterior de la bacteria. Los investigadores constataron en 1988 que la lactoferrina daña seriamente la membrana exterior de la bacteria gram negativa.  La glicoproteína liga con el lipopolisacarida (LPS) y a consecuencia hay lisis celular [1,4,5,10].
Al dañar la membrana de la bacteria la lactoferrina aumenta la efectividad de las sustancias antibióticas naturales como los lisosomas y los antibióticos farmacéuticos como la rifampicina [1,10]. La lactoferrina además tiene la capacidad de prevenir la adhesión de las bacterias a las células corporales. [1,2]. Sobre todo en infecciones crónicas las bacterias tienen la tendencia de formar una biopelícula (una capa de bacterias organizadas muy adhesiva en la superficie de la mucosa) que dificulta mucho la erradicación.
Los pacientes con fibrosis cística conocen las consecuencias de las biopelículas de las Pseudomonas aeruginosa. La lactoferrina en pequeñas dosis frena la formación de las biopelículas (por captación del hierro) de P. aeruginosa que sería necesaria para inhibir el crecimiento o la lisis celular de la bacteria [2,10].
Ensayos con animales han comprobado el efecto de la lactoferrina en infección estomacal de la bacteria Helicobacter pylori, infección sistémica de Estafilococo aureus y infección de las vías urinarias con Escherichia coli [3].  Ensayos con humanos han constatado que la lactoferrina inhibe la colonización de la Helicobacter pylori; la lactoferrina (200 mg. al día) además aumenta la efectividad de la terapia triple (2 antibióticos y un protector estomacal) [8,10-13]. La terapia triple era eficaz para la erradicación de la H. pylori en el 71-77% de los casos. En combinación con la lactoferrina la efectividad aumentaba hasta el 100% [13].
Actividad antiviral
La Lactoferrina tiene una potente actividad antiviral contra un gran cantidad de virus ARN y ADN que pueden infectar al ser humano y animales (entre otros el rotavirus, virus herpes (tipo 1 y 2), virus hepatitis (tipo B, C y G), virus influenza, HIV, hantavirus, poliovirus, adenovirus, enterovirus, cytamegalovirus, virus cincitial respiratorio humano (RS) [1,2,9,10].
Varios mecanismos de función juegan aquí un gran papel [1,10]:
  • La lactoferrina puede prevenir que el virus contacte con la célula corporal y la penetre vía la adhesión de proteínas víricas a los receptores de la célula huésped como el sulfato heparán (encontrado en el poliovirus tipo 1, virus del herpes simples tipo I y II, cytamegalovirus).
  • La lactoferrina inhibe la replicación vírica en la célula huésped (encontrado  en el virus de la hepatitis tipo C, HIV y rotavirus).

 

Ensayos clínicos con animales han demostrado que la lactoferrina tenía un efecto positivo en infecciones cutáneas (virus herpes) y neumonía (virus influenza) con la aplicación de lactoferrina vía oral [3]. Ensayos con humanos han demostrado la efectividad de la lactoferrina entre otros en gastroenteritis (rotavirus) y hepatitis C crónica [1,4,8,14,15]. La Lactoferrina tiene una actividad antiviral sinérgica con zidovudina (para HIV-I), cidofovir (para el cytamegalovirus), acyflovir (para herpes simples tipo I y II) y interferona y ribavirina (para hepatitis virus tipo C) [1,10,16].
Actividad antimicótica y antiparasitaria
Además de a los virus y a las bacterias, la lactoferrina ataca también a los hongos (entre otros  Candida sp., Aspergillius fumigatus, Trichofiton) y parásitos (Pneumocystis carinii, Entamoeba histolytica, Plasmodium sp., Giardia, Toxoplasma gondii) [6,8-10,17]. En hongos la acción de la lactoferrina es probablemente similar a la de los virus y las bacterias por inhibición de la replicación capturando las partículas de hierro y/o por desestabilización de la membrana celular que provoca la lisis celular [1,10].
También la actividad antiparasitaria es parecida a la antiviral. Probablemente la lactoferrina frena la adhesión de ciertos parásitos a las células huésped; además se ha comprobado que la lactoferrina inhibe la replicación de las parásitos intracelulares en las células del huésped como Toxoplasma gondii.
La lactoferrina tiene efectos aditivos o sinérgicos con los medicamentos convencionales antimicóticos (clotrimazol, fluconazol) y antiparasitarios [1,10].
Refuerzo del sistema inmune y modulación inmunológica
Además de la actividad antimicrobiótica, la lactoferrina estimula las defensas del huésped [2,10]. Después de la ingestión de la lactoferrina, se modula tanto la respuesta inmunológica (in situ) intestinal como (indirecta) la respuesta inmunológica sistémica (vía la migración de células inmunes y las citoquinas en el riego sanguíneo) [1,3,5].
La lactoferrina se une a los receptores en las células del epitelio e inmunes de la pared del intestino delgado como las células dendríticas y linfocitos. La lactoferrina es absorbida por las células y/o activa la transcripción de varios genes. Lactoferrina [1-5,8,18,19]:

  • Activa las células NK (natural killer) y LAK (lymphokine-activated killer);
  • Estimula la actividad de los granulocitos neutrófilos
  • Aumenta la citotoxicidad de los macrófagos
  • Regula la producción de citoquinas (estimula la producción de IL-18, IL-12, IL-4, y/o IL-10 y frena la producción de IL-1bèta, IL-2 y/o IL-6;
  • Fortalece el sistema inmune de las mucosas
  • Estimula CSF (colony-stimulating factor) y la formación y la diferenciación de las células blancas (myelopoiesis);
  • Estimula la diferenciación y la actividad de los linfocitos B, las células T-helper, T-linfocitos y células dendríticas.

Ensayos con humanos han comprobado que una dosis relativamente baja de lactoferrina (40, 100 o 200 mg. al día) ya genera un efecto inmuno-regulador significante en individuos sanos. Se ha constatado entre otros la activación de las células T-helper y la regulación de la producción de TNF-alfa y IL-6 por células mononucleares sanguíneas periféricas [5,8]. La lactoferrina estimula la defensa contra infecciones, promueve un equilibrio inmunológico sano y controla las inflamaciones. La actividad antiinflamatoria, antioxidante e inmunomoduladora de la lactoferrina conduce al control de las enfermedades infecciosas (agudas). Ensayos con animales han demostrado que la lactoferrina protege contra las enfermedades inflamatorios intestinales y artritis reumatoide químicamente provocadas; sería necesario realizar ensayos con humanos para explorar la utilidad de la lactoferrina en enfermedades infecciosas crónicas. [2,5]. 
Actividad antialérgica
Además hay indicaciones de que la lactoferrina inhibe las reacciones alérgicas, entre otros, por la captación del hierro y la inhibición de la expresión de los mediadores inflamatorios TNF-alfa, IL-1-beta, IL-6 y IL-8 [1,7]. La lactoferrina reduce significantemente la reacción alérgica provocada por el polen en un ensayo con animales con asma. Había una reducción del estrés oxidativo en las células del epitelio bronquial y una reducción de la cantidad de células inflamatorias (granulocitos eosinófilos) y células que producen mucosidad en las vías respiratorios y la fosa nasal [7]. La ingestión de la lactoferrina ejerció influencia  sobre la reacción inflamatoria durante 24 horas después de la exposición al alergeno. Sin embargo, este efecto resultó mayor cuando la ingestión de la lactoferrina coincidió con la exposición al alergeno. Un ensayo in Vitro comprobó que la lactoferrina frena la producción de la histamina por los mastocitos (de la piel) después de la estimulación provocada con Ig-E [7].
Actividad antioxidante
La lactoferrina en un antioxidante no enzimático. Vía la quelación del hierro de los fluidos corporales y las zonas infectadas, la lactoferrina contrarresta el estrés oxidativo (inducido por el hierro) y protege las células contra el daño oxidativo (irreparable) y apoptosis [1,8].
En ese momento no se dispone de hierro para la réplica de los microorganismos del sistema retículoendotelial, donde puede ser almacenado como ferritina [5].
Formación de la flora intestinal saludable
El uso de lactoferrina mejora la composición de la flora intestinal porque combate los microbios patógenos. Las bacterias prebióticas son muy poco sensibles a la acción de la lactoferrina. Una nutrición de lactantes con 1 g/l lactoferrina conduce a la flora fecal en que predomina bífido bacterias, al contrario que la nutrición para lactantes que no o apenas contiene esta sustancia [3].
Se ha podido comprobar mediante ensayos con animales que el uso oral de lactoferrina promueve la salud de la flora intestinal y que frena significativamente el crecimiento de Entreobacteriaceae, Estreptococo y Clostridium bacterias, igual como en la translocación de las bacterias intestinales Entreobacteriaceae. Además investigaciones en laboratorio ha constatado que lactoferrina y los metabolitos (péptidos) de lactoferrina ejercen un efecto estimulante sobre el crecimiento de las Bífido bacterias [2]. Probablemente la lactoferrina estimula el crecimiento de las Bífido bacterias que contienen receptores para lactoferrina en la superficie celular [20].
Estimulación de la regeneración tisular
Hay indicaciones muy convincentes de que la lactoferrina estimula la proliferación y la diferenciación de las células epiteliales del intestino delgado que incrementa la masa del tejido y mejora la absorción de nutrientes (entre ellas el hierro) [2]. De este modo la lactoferrina no solo favorece las mucosas si no también la piel y los huesos [24]. Los ensayos in Vitro e in Vivo sugieren que el uso tópico de lactoferrina favorece la curación de heridas y estimula la reorganización de la matriz del colágeno vía la estimulación de los fibroblastos [21]. En una investigación experimental con ratones adultos se ha visto que la inyección local de lactoferrina mejora considerablemente la formación y la calidad del hueso [22]. Una concentración fisiológica de lactoferrina ejerce una influencia potente sobre la proliferación y anti apoptosis sobre los osteoblastos y, además, frena la producción de los osteoclastos. La lactoferrina tiene más efecto en la producción del hueso que los factores de crecimiento IGF-I (Insuline Like Growth Factor 1) y TGF- beta (Transforming Growth Factor beta) [22].

INDICACIONES

  • Prevención de enfermedades infecciosas (virus, bacterias, hongos, parásitos) en personas sanas y prevención de las infecciones ocasionales en personas con las defensas (muy) reducidas [1,3,5,8,9,23];
  • Tratamiento complementario para infecciones agudas, crónicas y recidivas (úlcera estomacal, infecciones gastrointestinales, faringitis, infecciones de las vías respiratorias, gripe, infecciones cutáneas como la tinea corpis, HIV, hepatitis) [1,3,8,9,16,19,24,25];
  • Mejora las defensas de personas mayores (que tienen la capacidad de auto síntesis de la lactoferrina reducida) [23];
  • Mejora el estado de hierro y la homeostasis del hierro [1,2,26,27];
  • Disbiósis oral e intestinal [2,3];
  • Tratamiento complementario de las enfermedades infecciosas crónicas, entre otras las del tracto digestivo [5];
  • Alergias [7].

DOSIS

Las dosis habituales son 150-750 mg. al día; dosis hasta 3 gramos no son excepcionales [8,19,23]. Estas dosis se consideran seguras: los lactantes que reciben leche materna ingieren durante meses de 1 a 3 gramos al día [18]. Los complementos de lactoferrina están indicados para el uso oral y pueden ser usados para realizar enjuagues bucales y gárgaras (en infecciones bucales y faringes) [24]. La literatura científica ha descrito varias aplicaciones para llevar la lactoferrina al tejido adecuado (inyección intravenosa o local, uso tópico en crema, en líquido para nebulizar o ducha vaginal). Interacciones negativas con nutrientes o medicamentos no se han descrito. La lactoferrina ejerce un efecto aditivo o sinérgico positivo con antibióticos, medicamentos antivirales, antimicóticos y antiparasitarios.

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