¿Alguna vez has considerado el hecho de que el contenido del intestino está técnicamente fuera del cuerpo? El intestino es un tubo hueco que pasa de la boca al ano. Cualquier cosa que va a la boca y no es digerida pasará por al otro extremo. Esta es, de hecho, una de las funciones más importantes del intestino: evitar la entrada de sustancias extrañas en el cuerpo.
Cuando la barrera intestinal se vuelve permeable (es decir, «síndrome del intestino permeable»), moléculas grandes de proteínas escapan al torrente sanguíneo. Dado que estas proteínas no deberían estar fuera del intestino el cuerpo desarrolla una respuesta inmune y los ataca.
Los estudios https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19538307 demuestran que estos ataques juegan un papel en el desarrollo de enfermedades autoinmunes como la de Hashimoto y la diabetes tipo 1, entre otros.
La barrera intestinal determina en gran parte si nosotros toleramos o reaccionamos a las sustancias tóxicas que ingerimos del medio ambiente.
La violación de la barrera intestinal (que sólo es posible con un «intestino permeable») por las toxinas de los alimentos como el gluten y químicos como el arsénico o el BPA causan una respuesta inmune que afecta no sólo al intestino sino también otros órganos y tejidos. Éstos incluyen el sistema esquelético, el pancreas, el riñón, el hígado y el cerebro.
Este es un punto crucial para entender: no es necesario tener síntomas intestinales para tener un intestino agujereado. Las fugas intestinales pueden manifestarse como problemas de la piel como eczema o psoriasis, problemas cardíacos, afecciones autoinmunes que afectan a la tiroides (Hashimoto) o a las articulaciones (artritis reumatoide), enfermedades mentales, trastornos del espectro autista, depresión y más.
Investigaciones https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2886850/ han demostrado que muchas, si no la mayoría, de las enfermedades autoinmunes: la enfermedad celíaca, la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la diabetes tipo 2 y la enfermedad inflamatoria intestinal se caracterizan por niveles anormalmente altos de zonulina y un intestino permeable.
Una de las principales razones por las que no deberíamos comer trigo y otros granos que contienen gluten es que contienen una proteína llamada gliadina, que ha demostrado aumentar la zonulina.
¿Pero qué más puede causar un intestino permeable? Resumiendo: mala alimentación, medicamentos (antibióticos, AINEs, esteroides, antiácidos, etc.), infecciones, estrés, desequilibrios hormonales y afecciones neurológicas (traumatismo cerebral, accidente cerebrovascular y neurodegeneración).
AVISO IMPORTANTE: la información proporcionada no sustituye el asesoramiento médico. Si padece algún problema de salud, busque el apoyo y la orientación de un profesional de la salud debidamente cualificado y con experiencia
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