El fenómeno del ‘running’ es una realidad. Se ha convertido en la primera opción para olvidar los problemas cotidianos y mantener la forma. Esta fuerte eclosión ha traído consigo un aumento preocupante en las lesiones del talón de Aquiles.
Se trata de la zona del cuerpo que más sufre el impacto del cuerpo con cada zancada y habría que conocer los riesgos porque no son molestias pasajeras. Una lesión no detectada o mal curada puede poner en riesgo nuestro ciclo amateur y complicar en exceso nuestra vida diaria. Solo hace falta comprobar el tedioso proceso de recuperación para un deportista de élite en caso de rotura del tendón de Aquiles, contando a su alrededor con un equipo de profesionales para reducir a la mínima expresión el tiempo de baja. Sirva como ejemplo el caso de Fernando Gago, ex del Real Madrid y Valencia, que ha estado más de cuatro meses en el dique seco por romperse el tendón. Se trata de un dispositivo del que no dispone el ciudadano de a pie, por lo que mejor evitar llegar a encontrarse en la situación del jugador de Boca Juniors.
Por suerte, la medicina y la fisioterapia han avanzado en los últimos años. ’Antiguamente mucha gente dejaba de hacer ejercicio por estas lesiones y, actualmente, gracias a los avances en Medicina y Fisioterapia las personas pueden seguir practicándolo’, declaró el especialista en la materia David López Capapé, recientemente en un acto de Europa Press.
Buena elección de zapatillas
Conviene, por tanto, tomar una serie de precauciones. A la hora de iniciarse en esta práctica es importante dirigirse al establecimiento adecuado, en el que puedan asesorarnos correctamente en la elección de nuestra zapatilla ideal. Cada vez existen más tiendas especializadas que miden nuestra pisada. Tal vez estás a punto de descubrir que existen tres tipos (neutra, pronadora o supinadora) y que para cada una existen diferentes variedades y modelos.
Como en todo, las más caras ofrecen mayores prestaciones. Si apuestas por unas de gama alta, tendrás mucho ganado y te tocará renovar de par más tarde. En cualquier caso, hay que tener en cuenta otros factores aparte del precio en función del uso que le demos y la superficie sobre la que salgamos a correr. El urbanita está destinado a deslizarse por asfalto y es la superficie más dañina para las articulaciones. De hecho, es recomendable realizar al menos el 80% del entrenamiento en trazados de tierra. Los ‘runners’ más experimentados así lo hacen porque las lesiones por el impacto con el asfalto empiezan a aparecer cuando superamos la barrera de los 50 km. En Estados Unidos el asfalto es incluso más robusto y los que se lanzan a correr la emblemática maratón de Nueva York suelen tener más secuelas físicas que los participantes de cualquier carrera de esta distancia en España.
Por otro lado, muchos caen en la trampa de intensificar el entrenamiento una vez ven sus resultados avanzar, sin establecer el periodo de descanso conveniente. Hay que tomarse al menos un día de respiro entre tirada y tirada. Evidentemente, el reposo variará en función del tiempo que nos hayamos ejercitado. Los más impacientes pueden cubrir los huecos realizando ejercicios para fortalecer la musculatura. Unos músculos bien trabajados evitan y previenen lesiones. Y tanto si corremos o realizamos otro tipo de trabajo, hay realizar un calentamiento previo y estiramientos a la conclusión.
Siguiendo este sencillo listado de recomendaciones, disminuirán las probabilidades de dañarse el talón de Aquiles y también nos aseguramos no sufrir muchas otras lesiones.