Probablemente no es ninguna sorpresa que los limones proporcionen mucha vitamina C, pero la cantidad por ración es bastante impresionante al 187% del valor diario recomendado, lo que lo convierte en un súper combatiente de infecciones. Junto con los glicósidos flavonoides llamados esperetina y naringenina (que se encuentran en la mayoría de los cítricos), la combinación proporciona una actividad de antiradicales libres. Los radicales libres pueden dañar seriamente los vasos sanguíneos y pueden contribuir a la acumulación de colesterol en las paredes de las arterias, aterosclerosis e incluso enfermedades cardíacas.
Los limones también son una buena fuente de tiamina, riboflavina, ácido pantoténico, hierro y magnesio, y son una excelente fuente de fibra, vitamina B6, calcio, potasio y cobre, así como de folato y potasio.
Si alguna vez se ha preguntado sobre la diferencia entre los limones crudos y el zumo de limón embotellado, la vitamina C pasa del 139% al 100% del valor diario por ración, con el calcio del 7% disminuido al 3%. Además, el zumo de limón embotellado y otros zumos de frutas procesados no son tan saludables como parecen, y contienen cantidades muy altas de fructosa y aditivos potencialmente peligrosos.
El ácido cítrico de los limones ayuda en la digestión y ayuda a disolver los cálculos renales, mientras que el ácido ascórbico es un antioxidante natural que previene la enfermedad escorbuto (‘enfermedad de los marineros’). Otros antioxidantes en los limones incluyen ß-carotenos, beta-criptoxantina, zeaxantina, luteína y vitamina A, que promueven la salud de las membranas mucosas, la piel y la visión. El ácido pantoténico y los folatos (ácido fólico), proporcionados por los limones, son compuestos que el cuerpo necesita, pero que sólo pueden derivarse de fuentes externas al cuerpo.
Los limones y las limas también son excelentes para hacer zumos! No tienen prácticamente ninguno de los azúcares ofensivos – la fructosa – que causa la mayoría de las complicaciones metabólicas.
Receta para el resfriado
• 2 limones (con piel) cortados en cuartos y sin semillas (quitarlas).
• 1 litro de agua
• 2 ó 3 cucharadas soperas de miel cruda
Modo de preparación:
1) Lavar los limones, quitar las semillas y cortarlos en cuartos, meterlos en la batidora.
2) Poner las 2 ó 3 cucharadas soperas de miel cruda
3) Poner 1 litro de agua
4) Mezclar todo con la batidora durante 1 minuto.
Fuente: Mercola https://alimentossaludables.mercola.com/limon.html